Hay momentos donde la vida se detiene para dar paso a la eternidad. Feliz viaje abuela.
Haga las cosas …
Cita
Haga las cosas de manera correcta así nadie se de cuenta, la vida misma se encarga de recompensarlo.
Sobre las decisiones…
Nuestras decisiones siempre llevan detrás una renuncia a algo, un costo, un sacrificio. Para salir de un estado de la vida y entrar a otro, tendrás que dejar algo atrás y muchas veces nos cuesta mucho, nos duele mucho. Lo importante es aferrarse a lo que nos hace más felices o a lo que es mejor en ese momento. La vida siempre tiene dos caras y tiene maneras muy particulares de demostrarnos eso.
Cuando el dolor se convierte en Fortaleza
¿Qué es la felicidad? La felicidad está compuesta de pequeños detalles, de raticos; para ser felices no hay que tener una vida perfecta, de ensueño, ser feliz es del alma, ser feliz es amar los pequeños momentos, ser feliz es reconocer que el camino no es fácil, pero que aún así, la vida es buena con nosotros.
¿Qué es el dolor? El dolor está compuesto de raticos, el dolor también está de manera permanente a causa de situaciones que impactan nuestra vida, el dolor nos recuerda que estamos vivos, el dolor cuando es compartido se hace más llevadero. El dolor no es sufrimiento, el dolor es parte de la vida, de nuestra condición de seres humanos, el dolor es un estado que nos hace revolcar las fibras más profundas del ser.
Cuando compartes el dolor haces más llevadera esa situación que te llevó a sentirlo. Cuando conviertes ese dolor en aprendizaje lo transformas en fortaleza.
¿Qué es la fortaleza? La fortaleza es entender desde el alma que la vida es como una montaña rusa, que cuando estamos arriba todo es felicidad y gozo, pero cuando estamos abajo la perspectiva nos cambia, fortaleza es sobreponerse a los momentos difíciles reconociendo que hay muchos más motivos para sonreír y ser feliz, fortaleza es mirar la vida con positivismo e intención.
Cuando aprendes y sacas cosas positivas del dolor, lo conviertes en fortaleza, cuando entiendes que está bien sentir dolor pero que no debes construir una muralla con éste, aceptas las situaciones difíciles y te enfocas en los pequeños momentos de felicidad que siempre están presentes así a veces no los queramos ver.
El dolor nos transforma, el dolor nos puede convertir en algo que no nos gusta, pero también puede hacernos crecer, fortalecer nuestro espíritu y reforzar nuestro carácter. El dolor definitivamente hay que convertirlo en fortaleza.
Familia tiene diferentes significados
Minientrada
En un escenario ideal, todos los niños tendrían una familia unida, llena de amor, comprensión, respeto y tolerancia, pero la realidad es que no pasa en todos los casos. La convivencia se vuelve insoportable, los más mínimos problemas se convierten en campo de batalla, se pierde el respeto, se acaba la tolerancia y se muere el amor, Y en la mitad de todo este enredo de dos adultos que se amaron y ahora son un par de extraños, queda un hijo, una personita indefensa que apenas entiende, que le toca adaptarse rápidamente a los repentinos y drásticos cambios, que tiene que aprender que el concepto de familia puede mutar en otros significados.
Las vivencias maravillosas que vivimos como hijos, queremos que se repitan en nuestra nueva generación, los momentos negativos y dolorosos tratamos de evitarlos para nuestros pequeños, en el camino nos equivocamos, tropezamos, descubrimos también nuevas formas de ser felices, comenzamos a conocer nuestros puntos fuertes y débiles.
Algo que aprendí de mi vida como hija es que una pareja jamás debe permanecer junta solo por los hijos. Cuando no hay amor, cuando se pierde el respeto, cuando las barreras son tan grandes, permanecer unidos por los hijos es un error. Hay más sufrimiento en ver a los padres maltratarse en nuestro «hogar» que llevar una vida más sana compartiendo espacios de calidad con ellos por separado.
Familia y hogar es un concepto que se adapta a cada situación particular de los protagonistas de la historia.
Guía para ser feliz (y combatir el resentimiento)
1. Tener el total deseo de ser feliz, la convicción y toda la actitud para lograrlo.
2. Entender que muchas veces la felicidad se encuentra en los pequeños detalles.
3. No envidiar la «suerte» ajena, nunca sabrás con exactitud la dicha o desdicha que se esconde detrás de esto.
4. Si hay alguien o algo que te amarga, no te empeñes en que el resto del mundo lo deteste.
5. No vivas quejándote de todo lo que te pasa.
6. Las cosas a veces no son como uno las imagina, así que no te hagas películas.
7. No supongas nada.
8. No vuelvas una y otra vez sobre algo que te genera dolor, esto causa amargura.
9. No cargues con las cruces de los demás, hazte cargo de tus problemas con madurez.
10. Nunca tomes decisiones estando enojado, cuando todo pase podrás lamentarlo.
11. Perdona y sobretodo, perdónate.
12. ¡No te autocompadezcas!
13. Rodéate de gente positiva y sincera, si bien la felicidad es una decisión propia, la gente negativa es un obstáculo para alcanzarla.
Pensamientos
Lo que aprendí de ti
De ti aprendí que el respeto no se gana con gritos, el respeto se gana con inteligencia, sensatez y paciencia.
De ti aprendí que uno en la vida puede cometer muchos errores, pero NUNCA debes dejar de ser responsable con tus hijos y tu trabajo.
De ti aprendí que está bien caer muchas veces, pero SIEMPRE hay que levantarse, sacudirse y continuar el camino.
De ti aprendí que la familia es sagrada, que los problemas existen pero que ellos serán los únicos que te acompañarán hasta el fin del mundo.
De ti aprendí que de las carreras no queda sino el cansancio, que las cosas se disfrutan más cuando se luchan, cuando se consiguen con esfuerzo.
De ti aprendí que el lugar en donde naces o las condiciones en que lo haces no son impedimento para ser alguien en la vida.
De ti aprendí que un buen hijo es un buen padre, y tu definitivamente lo fuiste.
De ti aprendí que si es posible salir adelante cuando nadie da un peso por ti, que la Fortaleza interior es la mejor arma para salir victorioso de los problemas.
De ti aprendí que cuando haces las cosas con el corazón todo te sale mejor.
De ti aprendí que existen las segundas oportunidades y que está bien perdonar y olvidar.
De ti aprendí que la unión hace la fuerza y que el amor todo lo puede.
De ti aprendí que el humor es una excelente forma de enfrentarse a los miedos.
De ti aprendí que la mejor herencia que le puedes dejar a un hijo, es el ejemplo de un padre que salió adelante, que nunca le faltó a sus hijos, que siempre tuvo palabras y gestos de amor hacia ellos y que hasta el último día de su existencia hizo todo lo posible por asegurarse que estarían bien y sobretodo, unidos.
Papá, incluso desde el cielo sigo aprendiendo de ti, interpretando los mensajes que me has dado, entendiendo todo lo que ha pasado y dándole sentido a todo lo que en vida me entregaste.
Deseo con el corazón que estés bien, que estés tranquilo del legado que nos dejaste, que confíes que de ahora en adelante lo haremos bien, que descanses en paz, aquí todo está saldado y hacia ti solo hay amor, agradecimiento, muchísimo respeto y grandes recuerdos.
Visítame en mis sueños, nada me haría más feliz que entraras en ellos, poderte abrazar y decirte nuevamente todo lo que te amo.
La vida siempre tiene dos caras
La vida siempre tiene dos caras, o tal vez muchas más. Hoy sonríes por algo y mañana lo lloras, hoy agradeces a la vida y luego le reclamas, hoy te da, mañana te quita.
Han sido 4 meses realmente difíciles e intensos en los que he pasado por muchas situaciones dolorosas, complicadas y angustiantes. Hoy, cuando sorteamos una de las más dolorosas de todas y la que hacía meses nos perseguía para que nos fuéramos preparando me pregunto: qué es lo que debemos aprender de todo esto, qué es lo que la vida nos quiere mostrar?.
8 de junio de 2010, 1:08 am. El dolor y la angustia de saber si todo andaba bien me carcomían. Fueron unos minutos muy intensos para dar inicio a la vida que tanto anhelábamos, para conocer por primera vez a esa hija que llegaba para llenarme la vida de muchas alegrías.
7 de junio de 2012, 9:30 pm. El dolor, la angustia, el miedo, la tristeza nos carcomían hasta lo más profundo. Allí estaba él, lleno de cables y monitores, luchando en una batalla de la cual el cielo era la única salida. Sentíamos muchísimo miedo de perderte, guardábamos aún la esperanza de que todo mejorara y salieras de ahí con nosotros, te decíamos al oído: papá tu eres fuerte, tu eres capaz, papá por favor, no te mueras…
Yo te veía ahí tan cansado de luchar, sentía tu carita tibia y tu pelo suavecito y sólo me aferraba a la idea de volverte a ver sonriendo como lo hiciste pocas horas antes.
11:30 pm. Tuvimos que dejarte allí y sé que todos dejamos nuestro corazón a tu lado. Antes de irme te dije que allá te dejaba mis ángeles para que te protegieran y te acompañaran, que te amaba muchísimo. Volví a mi casa con la corazonada fatal de que ese beso que me diste esa tarde había sido el último. Tratamos de dormir, no fui capaz de apagar la luz, sentía tanta angustia, tenía tanto miedo de que el teléfono sonara a darnos una mala noticia.
8 de junio, 5:00 am. Se suponía que debía ser un día feliz, un día para celebrar el nacimiento de mi hija, en cambio, era un día de mucho dolor, de malos presagios, un día de dos caras que me recordaba lo dulce de la vida y lo amargo de la muerte.
8 de junio, 6:00 am. íbamos en camino de visitarte y aunque guardábamos una enorme esperanza de que todo saliera bien, sabíamos en el fondo que no iba a ser así. Los nervios se apoderaron de mí mientras llegábamos y sentía un deseo enorme de bajarme de ese carro y correr. Por fin llegamos y sentía un dolor muy grande, me dolía el alma y el corazón, salí corriendo y cuando llegué y te vi supe que ese era el último adiós.
Ahí estuvimos mis hermanos, mi mamá, tu hermana que tanto te amaba y yo, acompañándote, acariciando tu cara y sosteniendo tu mano. Te acompañamos en ese viaje sin regreso y veíamos cómo, apresuradamente se te iba la vida y partías a un viaje eterno en el que seguramente nos veremos cuando a nosotros nos llegue la hora.
Los monitores anunciaban tu partida pero aún así ninguno lo creía, nadie se acercaba y el dolor de verte morir sin poder hacer nada era muy desgarrador, ya no había nada que hacer papá, ya era tu hora de partir. Luego lloramos, te acariciamos y buscábamos tus manitos aún tibiecitas para besarlas. Abracé a mis hermanos y lloramos juntos, mi mamá nos abrazó fuertemente y mi tía también se unió.
Te veíamos ahí, tan apacible y no podíamos creer que te nos habías ido. Fue muy duro verte morir papá… pero agradezco eternamente que nos hayas esperado para estar ahí contigo, para acompañarte en ese camino, para que no sintieras el miedo ni angustia de partir.
No nos queríamos separar de ti, nunca había visto a mis hermanos llorar así, fue muy duro verlos. Yo le pregunté a Dios porque justo decidió llevarte el día en que tu adorada nieta cumplía años, porqué?, no lo entendía, me dolía mucho.
Ahora entiendo papá que me quisiste dejar un mensaje muy valioso: «Nana, pase lo que pase, hay que seguir adelante», eso me lo escribiste días antes y ahora cobra mucho más sentido. Papá, tu quisiste decirme que tu muerte aunque dura y muy triste, no podía ser un motivo para desfallecer porque en mi vida había una chiquita que me necesitaba y que me llenaría de fortaleza.
Ese día, minutos después solo pude decir: «Hija, en el día de tu cumple años el abuelo decidió ser un ángel para ti para iluminarte siempre y cuidar tus pasos.» Así será siempre, y cuando ella crezca le recordaré cuánto la adorabas. Todos los días le hablo de ti, le cuento que ahora tu estás en el cielo y que desde allá proteges, ella en su inocencia sólo dice que te ama, que eres lindo y que ahora estás dormido en el cielo.
Apenas va a pasar una semana y siento que ya fueron meses, los días se hacen muy largos, te pienso muchísimo, te extraño enormemente. Te amo mucho papá, deseo con todo mi corazón que estés en un lugar mejor, donde no sufras ningún dolor, que estés al lado de tu papá, de tus hermanos y de tu pequeño hijo, y sobretodo, que estés muy feliz.
Algún día nos volveremos a ver papá.
Te nos fuiste mi viejo
Mi viejo tenía la mirada triste, cargaba en sus ojos su sufrir,
mi viejo se alegraba con mis alegrías y lloraba con mis tristezas,
mi viejo libró grandes batallas y acabó de enfrentarse a la peor de todas.
Mi viejo era sensible y cariñoso, mi viejo era responsable y muy educado,
mi viejo me enseñó que la vida hay que enfrentarla con berraquera,
mi viejo me enseñó que todo es posible cuando lo anhelas con el corazón.
Mi viejo fue admirable, tal cual como su historia,
mi viejo sintió el dolor de perder a un hijo pero se empeñó en amar y cuidar a los que venían,
mi viejo sintió el dolor de una enfermedad que no perdona pero eligió estar con su familia hasta el último minuto,
mi viejo amó con locura a su familia y no se fue sin antes ver que nos unimos mucho más.
Mi viejo fue un hombre adorado, digno de respetar,
mi viejo es el hombre que más he amado y que cada día me enamoraba aún más.
A mi viejo le brillaban los ojos cuando veía a sus nietas y el dibujaba una sonrisa en su rostro cuando lo abrazaban con amor,
mi viejo entendió que el tiempo de Dios es el correcto y que sus nietas son la muestra clara de los regalos que nos da la vida.
Papá, hace dos años veías con mucha alegría nacer a una de tus bendiciones, la que te alegró los días y te llenó de muchísimo amor hasta el último momento. Ahora partiste para ser su ángel y cuidar sus pasos desde el cielo.
Gracias por todo papá, fuiste un hombre muy amoroso y valiente, mis hermanos, mi mamá y yo te amamos mucho y nos sentimos muy orgullosos de ti.
Feliz viaje al cielo papá.